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Tarjeta de visita de Gutiérrez Comunicación

Retos y oportunidades de la política 2.0

Es posible que el concepto de política 2.0 comenzara mucho antes de la popularización de las redes sociales. Y que no tuviera ninguna relación con Internet. Tendremos en cuenta la segunda parte de la definición de la Wikipedia: es una herramienta para sustentar la participación y la interacción entre votantes y dirigentes, en modo que los votantes opinan y son escuchados.

Podríamos, así, situar el inicio de este fenómeno en la jornada del 13-M de 2004. Una cadena de mensajes de móvil fue de manera espontánea llegando a una gran cantidad de personas: “¿Aznar de rositas? ¿Lo llaman Jornada de Reflexión y Urdaci trabajando? Hoy 13M, a las 18h. Sede PP, C/ Génova 13. Sin Partidos. Silencio por la verdad. ¡Pásalo!”. Miles de personas salieron a las calles reclamando al Gobierno que les dijeran la verdad sobre la autoría de los atentados del 11-M. Desde luego no fue solo como consecuencia de esta movilización, pero lo cierto es que los resultados electorales al día siguiente dieron un vuelco a todas las previsiones.

Más adelante, el otro gran hito de la Política 2.0 lo marcó Obama con una exitosa campaña en las redes sociales (ahora sí) que logró una gran movilización de votantes indecisos a su favor y sobre todo una importante recaudación on line para financiar su campaña.

Y ahora que se acercan las elecciones municipales y autonómicas en nuestro país, parece obligado estar en lo 2.0. Todos los políticos se han subido al carro de mejor o peor manera, pero de la noche a la mañana todos han logrado dar el salto digital y aseguran manejar sus cuentas en Facebook, Twitter o Blog personalmente. Seguramente será cierto en la mayoría de los casos (si algo han aprendido pronto es las mentiras tiene las patas muy cortas en Internet y, además, son severamente castigadas). Pero me cuesta creer que siendo así sigan tan alejados de la sociedad en muchos de sus discursos, que sigan sin hablar el lenguaje de los demás, que sigan pareciendo hablar sin escuchar…

Nuestros políticos deben aprender que abrirse cuentas en las redes sociales más populares no es hacer política 2.0. Ni actualizar sus estados con notas de prensa adaptadas (algunas incluso con titular). Ni consiste en ser el que tenga más amigos, fans o followers. Ni bombardear los muros de sus sufridos seguidores con un diario sobre su agenda política. Ni mostrar la misma cara que en el mundo 1.0, pero con otro traje o disfraz de internauta.

En realidad, la política 2.0 tiene más que ver con la comunicación bidireccional, que exige que el receptor se convierta asimismo en emisor, y viceversa. Está más relacionado con lograr una acción de nuestro elector que, además de votarnos, va a ser capaz de implicarse en otras acciones que nos ayuden a lograr nuestro objetivo de ganar las elecciones. Tiene más que ver con vivir desde dentro las redes que con usarlas conforme a nuestro antiguo criterio (todavía hay quienes preguntan si pueden borrar comentarios negativos).

Pero sobre todo, lo que la política 2.0 nos aporta, es la posibilidad de conocer en tiempo real cuáles son las necesidades e inquietudes que las personas, nuestros votantes, vuelcan con gran sinceridad, transparencia -y a veces falta de pudor- en las redes sociales. El gran reto del político que aspira a ser 2.0 será el de saber escuchar atentamente lo que preocupa al ciudadano y que escribe libremente en su muro. Y su oportunidad, la de mostrarse tal cual es, con sencillez y cercanía y convencer al incrédulo y alejado votante que es falso que todos los políticos sean iguales. Y después, lograr su implicación, acción y movilización a favor de su partido para lograr su voto y el de otros.

Por el contrario, el votante tendrá la gran oportunidad de tener al dirigente político a su alcance, a un solo click, para transmitirle sus inquietudes y problemas. Y después, cuando gobierne, recordarle en su muro que las promesas están para cumplirlas.