• slide-1
  • slide-2
  • slide-3
  • slide-4
  • slide-5
  • slide-6

Tarjeta de visita de Gutiérrez Comunicación

Gobierno Abierto y Redes Sociales

Cuando hablamos de Gobierno Abierto, como cuando hablamos de casi cualquier cosa, existen puntos de vista casi infinitos.
¿Qué es el Gobierno Abierto?
Según la teoría, la respuesta es fácil: es una doctrina que sostiene que los temas de gobierno y administración pública deben ser abiertos a todos los niveles posibles en cuanto a transparencia y que esto debe ir unido a la creación de espacios permanentes de participación y colaboración ciudadana.
La práctica es un poquito más compleja.
Por un lado, como dice mi buen amigo Alorza, la transparencia es difícil porque implica que se te vea la ropa interior y, a veces, los calcetines estarán inmaculados, pero, en ocasiones, tendrán tomates, que estarán sometidos al escrutinio público.
Una Administración Pública es un organismo grande y con multitud de aristas. Puede haber casos en que haya información sensible que no se pueda hacer pública por motivos bien diversos: porque choque frontalmente con la LOPD, porque no se disponga de las licencias adecuadas para su distribución (por ejemplo, material audiovisual de terceros)…
La transparencia es, en cualquier caso, el pilar fundamental sin el cual no puede existir el Gobierno Abierto. Sin esta transparencia, no se pueden dar ni la participación ni la colaboración.
Para que exista transparencia, además de hacer públicos los datos, lo que se llama Open Data, es necesario que la Organización se haga transparente en su gestión diaria.
  • Las agendas de los distintos Departamentos y organismos dependientes deben ser públicas. Cualquier ciudadano o ciudadana debe poder saber qué está haciendo en cada momento una Directora o un Concejal, con quién se reúne y en qué está trabajando.
  • Se deben publicitar las intenciones, para que la ciudadanía pueda opinar sobre ellas (y no sólo los agentes involucrados de forma directa). Si se prevé elaborar una ley, pues se pueden hacer públicos los puntos que darán lugar al anteproyecto, el anteproyecto en sí. Si se estudia hacer un plan, se debe promocionar.
No se trata, como digo, únicamente, de la clásica elaboración de notas de prensa informativas. Es retroceder un paso y pensar que lo que se está haciendo puede interesar a la ciudadanía, que sufraga, con sus impuestos, ese plan o esa acción de Gobierno.
Aquí es donde las redes sociales cobran fuerza.
Como es notorio, la ciudadanía está bastante alejada de la política. O eso dicen… Sin embargo, de forma mayoritaria, la ciudadanía que puebla las redes sociales habla de política sin cesar. Absolutamente todo el mundo tiene opinión sobre las cosas y esta opinión, aunque no lo crean, aunque no lo sepan, es política.
El refrán dice que si Mahoma no va a la montaña, será la montaña la que tenga que ir a Mahoma. Hace unos años, era impensable ver a una marca interactuando con una persona. Hoy no sólo es posible sino frecuente.
La ciudadanía no quiere ni necesita otra cuenta corporativa que les cuente su chapa y se vaya sin escuchar. Sin embargo, es evidente y hay ejemplos sobrados en la red, de organismos públicos que atienden a la ciudadanía en un canal donde son uno más y donde el servicio público se hace más patente si cabe.
Es en las redes sociales donde un Gobierno puede (y debe) aportar valor añadido con esos datos que tiene de primera mano: desde la predicción meteorológica o los avisos de tráfico a servicios generales o los que sólo importan a un pequeño colectivo. Ese pequeño colectivo también está en las redes.
Siempre con la regla del 2+1: tenemos dos orejas y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos.
Al fin y al cabo, la ciudadanía es la que mejor sabe lo que necesita y las Administraciones Públicas están para servir a la ciudadanía.